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Son rubias, pero no tienen un pelo de tontas
A decir del zoólogo y etólogo de origen inglés Desmond John Morris (www.desmond-morris.com), los hombres prefieren a las mujeres rubias debido a que la suavidad y delicadeza en este tono del cabello es mayor que el de las castañas o pelirrojas. El mismo especialista del carácter y modos de comportamiento del hombre asegura que esta suavidad remite al contacto de la piel femenina y por tanto el sexo opuesto siente una mayor atracción hacia ellas.
Por su parte, el neurocientífico Vilayanur S. Ramachandran –quien actualmente es director del Centro para los estudios del Cerebro y la Cognición de la Universidad de California, en Estados Unidos (http://cbc.ucsd.edu)– sobre este tema ha dicho en reiteradas ocasiones que las rubias tienen ventaja por su piel pálida, pues es ahí en dónde se puede apreciar la salud, edad y hasta el interés sexual.
El más reciente estudio realizado por la marca de tintes L’Oréal Profesional (ver nota aquí) arrojó que los hombres las prefieren rubias pues las consideran “más sexys, desinhibidas, sofisticadas y atrevidas”. Incluso hay datos de la Universidad de Queensland en los que se publica que las mujeres de pelo claro, natural o teñido, tienen un mejor salario que las de pelo oscuro.
La lista de Forbes sobre “Las 100 mujeres más poderosas del mundo”, pone en duda el mito de que ser rubia es sinónimo de tonta, pues el 41% de su listado son rubias; el 34%, morenas; el 16%, castañas; el 1% pelirrojas y sólo el 8% tiene el pelo cano. Para los que aseguran que el porcentaje mayoritario está lleno de peróxido, hay noticias: el 90% de las rubias de la lista son caucásicas. Es decir, lo llevan en los genes.