Marcos Constantino González Alcocer ( ) es un hombre apasionado en muchos sentidos: le apasiona la política, le apasiona el amor y le apasiona Valle de Bravo, por lo que para nadie es un secreto que a este joven de 32 años, su estancia en el municipio del Estado de México así como los consejos de su padre, tuvieron mucho que ver en su decisión de dedicarse a la política.
Marcos Constantino nació el 6 de julio de 1982/ FOTO: Cuna de Grillos
Su nacimiento tiene historia. De entrada, su segundo nombre representa la constancia que sus padres Marcos González Coghlan y Eliza Alcocer Pulido debieron de tener para poder concebir un hijo. Y es que después de dos abortos naturales y seis años de tratamientos el 6 de julio de 1982, por fin, pudieron ver por primera vez los ojos de su primogénito, a quien decidieron llamar igual que su padre.
La historia de la familia González Alcocer tiene su génesis en Seguros América, empresa donde se conocieron los abuelos de Constantino. El padre de su padre era agente de seguros y el padre de su madre era Otorrinolaringólogo. Ahí, primero como compañeros de trabajo y luego como buenos amigos, comenzaron a socializar entre familias, a tal grado que eligieron un lugar fuera de la Ciudad de México para comprar casas de verano: Valle de Bravo. En esta población del Estado de México la amistad continuó y los hijos también comenzaron a relacionarse, de tal manera que cuando Marcos y Eliza tendrían 18 años, se hicieron novios, y después de seis años de relación, se casaron en una original boda, en la que ya tenían todo planeado con su familia, pero a sus amigos y conocidos los invitaron a una fiesta cualquiera en un jueves. La sorpresa de los asistentes fue que llegaban a la boda de sus amigos.
Eliza Alcocer y Marcos González tardaron seis años en procrear a su primer hijo / FOTO: Cuna de Grillos
La infancia de Constantino tuvo varios escenarios. Después del nacimiento de su primer hijo, los González Alcocer se fueron a vivir a una casa en la delegación Coyoacán, la cual era propiedad de una de las tías de su madre. Ahí fue donde un año y seis meses después, la familia recibiría a su segundo hijo, Emiliano. En ese tiempo, Marcos era dueño de una pequeña empresa fotográfica y Eliza, quien había estudiado pedagogía, era maestra del Colegio Alexander Baine, del Pedregal.
Al poco tiempo el padre de Constantino ingresó a trabajar al Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos y se llevó a su familia a vivir a una casa más grande en San Jerónimo. En esa colonia, Constanino y su hermano ingresaron a un kínder local donde empezaron a recibir la educación básica, hasta que su padre decidió invertir en un negocio de talavera y se fueron a vivir a Guanajuato en 1989. Al llegar allá, se instalaron en la Hacienda Santa Ana de los primos de su madre, y los pequeños ingresaron al Instituto Guanajuato para estudiar la primaria, pero al señor González no le fue bien en su nueva empresa así que la familia tuvo que dejarlo todo e irse a vivir a la casa familiar que los Alcocer poseían en Valle de Bravo. Constantino tenía apenas 7 años.
Constantino y su hermano Emiliano se llevan año y medio de edad. Aquí con su mamá, quien es pedagoga / FOTO: Cuna de Grillos
Un Vallesano de corazón
Llegar a vivir a Valle de Bravo marcó la vida y el destino de Constantino, pues fue tanto su apego a ese lugar que años más tarde se negaría a abandonar del todo las raíces que echó ahí. Al instalarse en el entonces pueblo, Eliza comenzó a trabajar como maestra en uno de los primeros colegios privados que existían en aquel entonces. Gracias al descuento que le hacían por ser docente, inscribió a sus dos pequeños. La escuela estaba ubicada en la calla de la Culebra en el centro del pueblo, y después cambió su ubicación sobre un terreno a las afueras, en la calle Tierras Blancas, que antes había sido un establo, por lo que los pequeños González vivieron toda la transición de salones de establo a salones de ladrillos para dar clase.
Desde su infancia, Constantino (a la derecha) hizo amigos que frecuentaría toda su vida / FOTO: Cuna de Grillos
En esa etapa, como a cualquier otro niño, a Constantino le gustaba comer golosinas, le encantaban los chocolates y las papas fritas, pero su amor por la comida era general; recuerda que su nana, Eugenia, la cual había sido nana también de su madre, le despertó el amor por los chiles rellenos, pues al pequeño le encantaba su sabor, tanto, que a través de los años seguiría siendo su comida favorita.
Mientras vivían en Valle, su padre, Marcos González, comenzó a fabricar pantalones de mezclilla bajo la marca “Constantino», negocio con el que fue haciéndose de más conocidos en el pueblo hasta que entró al mundo de la política, pues hizo campaña para convertirse en Presidente Municipal por el PRD, la cual perdió. Pero fue precisamente durante esa campaña electoral cuando a Constantino, de apenas 12 años, le empezó a palpitar la vena política, pues el estar presente en los eventos, acomodando sillas, escuchando las capacitaciones de los encargados de casilla y acompañando a su padre, lo hicieron crear su propio sueño.
El patriarca de los González Alcocer trabajó con el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano en 1997. En la imagen toda la familia en su casa de Valle de Bravo. / FOTO: Cuna de Grillos
Antes de entrar a la secundaria, mientras la familia pasaba unas vacaciones de verano en Texas, visitando al hermano de Eliza, a Constantino se le ocurrió la idea de quedarse a estudiar en Estados Unidos para aprender a hablar inglés, lo cual le pareció bien a sus padres, y así, bajo el cuidado de su tío, ingresó a la escuela Oliveira Middle School. Pero su estadía solo duraría un año, pues aún niño, comenzó a extrañar a los suyos y terminó por regresar. Cuando volvió a Valle de Bravo, sus padres lo inscribieron en el colegio religioso Guadalupe Victoria donde cursó toda la secundaria.
Durante ese tiempo, Constantino seguía de cerca los pasos de su padre, quien continuaba buscando oportunidades en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) por lo que en 1997 fue nombrado coordinador de Programas de Gobierno del equipo de campaña de Cuauhtémoc Cárdenas. Ese cargo del patriarca llevo a la familia González Alcocer a regresar a vivir al Distrito Federal, instalándose en un departamento de la colonia San Miguel Chapultepec, lo cual no fue del agrado de la mujer de la familia, quien al cabo de unos meses se regresó a vivir a Valle. Mientras tanto, el primogénito de la pareja entró a estudiar la preparatoria en el colegio español Instituto Luis Vives de la colonia Escandón.
En sus años de adolescente Constantino viajaba casi todos los fines de semana a Valle de Bravo para ver a su mamá y divertirse con sus amigos. Fue en una de esas fiestas que se reencontró con Alondra, quien había sido su novia en sexto de primaria. Al volverse a ver empezaron a salir de nuevo y el amor se hizo se presente durante poco más de cinco años.
Constantino conserva amigos que conoció desde su juventud / FOTO: Cuna de Grillos
El debut en la política
Al igual que su padre, Constantino quiso estudiar la carrera de Ciencias políticas en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), pero se quedó a unos cuantos aciertos en el examen de ingreso. En ese inter, una amiga de su mamá, le ofreció entrar a estudiar teatro a la escuela Casa Azul, Artes Escénicas Argos. Pasó un año para que Constantino se diera cuenta que la actuación no era lo que quería para su futuro. Sin embargo, ese tiempo con los maestros de teatro le ayudó a superar un pequeño problema de dicción que padecía desde pequeño.
Al salir de la Casa Azul volvió a presentar el examen de ingreso a la UNAM y nuevamente se quedó a unos cuantos aciertos de ser aceptado, por lo que decidió abandonar esa posibilidad y comenzó a trabajar en una agencia inmobiliaria durante un año, hasta que en el 2006 entró a estudiar la carrera de Negocios Internacionales en la Escuela Bancaria Comercial.
Para Constantino, Valle de Bravo seguía siendo su mayor distracción de fin de semana, pues casi todo los viernes viajaba al Estado de México. Fue nuevamente en territorio vallesano donde volvió a encontrar el amor, pues en una fiesta conoció a Cecilia Brondo, la mujer que ocuparía su corazón por poco más de cinco años y quien lo acompañaría en los inicios de su carrera política. El hermano de Cecilia fue quien en 2007 le presentó a René Fujiwara Montelongo, nieto de Elba Esther Gordillo, que en ese entonces era presidente nacional de Alianza Joven por la Democracia Participativa, A.C. Durante su encuentro, Montelongo invitó a Constantino a unirse a las filas de Alianza Joven, para después nombrarlo coordinador de la Circunscripción 1 de la Alianza, cargo que le permitió conocer a personajes importantes de la política en Sonora, Baja California, Jalisco, Chihuahua, Nayarit y Durango.
Nueva Alianza fue el partido que le abrió las puertas a la política / FOTO: nueva-alianza.org.mx
Desde su ingreso a Nueva Alianza partido político, Constantino tenía una proyección muy fija en la mente: regresar a Valle de Bravo y hacer campaña para mejorar la vida de los vallesanos. Y lo consiguió. En 2008, con el apoyo de René Fujiwara, se presentó en la oficina del entonces presidente del Partido, Jorge Kawaghi, y le pidió su apoyo para ser diputado local por en el Estado de México, a lo que Kawaghi le dio un giro completo, pues le negó la petición y a cambio lo envió a Valle de Bravo para contender por la regiduría. Constantino obedeció y el 5 de julio del 2009, fue electo como el Tercer Regidor de Valle de Bravo encabezando la comisión de Educación Pública, Cultura, Deporte y Recreación.
Se concentró en la regiduría hasta que en 2011, llegó la campaña de Eruvuel Ávila Villegas para convertirse en Gobernador del Estado de México, en donde le asignaron como coordinador de jóvenes en las campañas a gobernador en Estado de México y Michoacán. En la campaña presidencial de 2012 con el candidato de Nueva Alianza, Gabriel Quadri, fue encargado del área de logística, redes sociales y enlace político.
Durante ese tiempo su novia Cecilia, quien lo había impulsado y acompañado en las campañas, no aguantó el ritmo de la nueva vida política de su pareja y terminaron por separase.
Al tiempo que concluyó la campaña de Eruviel Ávila, sus compañeros le dijeron a Constantino que estaba por comenzar una contienda por la Coordinación de Vinculación de Nueva Alanza, así que, sin pensarlo, se lanzó y logró sentarse en esa silla de la sede de la colonia Condesa.
Su trabajo se basa en coordinar los trabajos en temas sociales: educación, equidad de género, los jóvenes, adultos mayores, migración y temas internacionales, entre otros, así como de vinculación del partido desde el ámbito nacional dirigido a los ámbitos locales. En los terrenos del amor, Costantino actualmente sale con Nadia Mazeh Vilchis.