*Entrevista realizada en octubre de 2012.
Está estrenando cargo. La joven panista de abundantes rizos y 34 años desde septiembre pasado ocupa una curul en la Cámara de Senadores. A pesar de encontrarse a dieta, «Male» -como le dicen de cariño en su familia- elige la cafetería y panadería Maque, en Polanco, para hablarnos de sus miedos, sus extravagancias, las mentadas de madre de las que ha sido víctima y, con té de manzanilla en mano, del por qué nunca estuvo a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo.
¿Por qué elegiste esta PANadería para la entrevista?
Me encanta el chocolate blanco que preparan aquí. Es curioso porque últimamente no lo tomo y mejor pido un té, aquí tienen muchos. No tomo café.
¿Estás a dieta?
Trato de ir con la nutrióloga, comer bien y hacer ejercicio. Cuando uno se dedica a la política, comes, desayunas y cenas fuera de la casa así que trato de cuidarme, de llevar conmigo un poco de fruta para comérmela por la mañana.
Presúmeme cuántos kilos bajaste.
Me estoy cuidando, nunca hay que decir cuántos kilos baja uno.
¿Por aquello del rebote?
Por eso y muchas cosas más.
¿Y no pecas de vez en cuando?
Por supuesto, por eso voy con la nutrióloga.
Una panista como tú, ¿qué pan tiene como favorito?
El bigote de la pastelería El Globo, me encanta calientito y con un poquito de mantequilla.
¿Y el bigote de tu novio te gusta tanto como el otro?
Si se deja la barba dos o tres días no tengo problema, pero si es más tiempo lo prefiero sin bigote.
¿Cuál ha sido tu mayor locura?
He hecho muchas locuras, como llevar serenata a un hombre. Es algo diferente.
¿Y cuáles cantaste?
Las que quieras, como veinte canciones y quiero decirte que además me vestí de mariachi.
¿Al menos salió al que le llevaste «Gallo»?
Sí, claro. Fue muy divertido porque la persona no se lo esperaba. Porque igual dices: «ay qué padre que me llevaron serenata», pero que te lo lleven y que aparte ella esté vestida de mariachi y que te cante no tiene precio.
¿Eres buena para cantar rancheras?
Sí, soy buena, tengo voz ronca y eso ayuda. De ahí a que cante bien es otro rollo.
¿Qué talento te hubiera gustado tener?
Me encantaría cantar increíble y tocar diferentes instrumentos. Y la vocación frustrada que tengo es que soy comunicóloga y siempre decía o voy a ser política o voy a tener mi programa de noticias. Esto último es lo que me falta.
¿Qué otro tipo de pan te gusta?
En el desayuno, por ejemplo, me como un sándwich de pan integral con jamón y queso acompañado de chiles jalapeños picaditos, lo pongo en la sandwichera caliente y me fascina comerme el queso derretido.
¿Así que eres quesera?
Me encanta, sobre todo el queso de Oaxaca. Siempre que vienen mis amigos de Oaxaca me traen una buena bola de queso.
¿De los que vende Jonás Larrazabal, el polémico hermano del ex alcalde panista de Monterrey?
¡Noooo! -se le escapan los ojos de asombro-, a lo mejor alguno de los quesos que me trajeron de Oaxaca era de él, pero nunca me quedó muy claro.
Tú que ya lo has visto todo en la política, ¿en qué crees?
Yo creo en la política como un mecanismo para servir a la gente. Hay personas que creen que el poder no es tan importante y lo escucho con algunos compañeros del PAN. Sin embargo, para mí el poder es fundamental para ayudar y cuando uno logra hacer una gestión y las personas te lo agradecen, sobre todo en materia de salud, se siente una satisfacción impresionante.
Si contabilizaras el número de agradecimientos y de reproches que te han hecho, ¿cuál supera a cuál?
Soy una mujer que me gusta mucho el trabajo con la gente. Si tú revisas mi trayectoria te darás cuenta que me encanta caminar con las personas, recorrer las calles, escuchar los problemas, tratar de resolverlos…
Pero no me has contestado.
Es que suceden de las dos cosas. Hay políticos a los que seguramente todo les reclaman, pero en mi caso, te puedo decir que en su mayoría la gente me dice: «gracias».
¿A poco nunca te han mentado la madre?
Sólo me ha tocado una vez que me mienten la madre.
¿Fue cuando te corretearon los perredistas?
No, fue en otra ocasión, en la calle. De esas corretizas de perredistas he tenido varias. La más lamentable fue la de 2009, pues nosotros estábamos peleando en el Tribunal Electoral del Distrito Federal los triunfos panistas en las delegaciones Miguel Hidalgo y Cuajimalpa y nos empezaron a echar escupitajos un grupo de integrantes del PRD. Hay veces que uno se tiene que aguantar porque no puede contestar de la misma manera.
¿De plano no te puedes defender de ese tipo de agresiones?
A veces hay que tragar sapos, hay que aguantar. He sido agredida incluso
afuera de las oficinas del Jefe de Gobierno del DF, a donde mandan grupos de golpeadores. Me tengo que aguantar porque lo que ellos esperan es que uno reaccione, que les de un puñetazo o que mi equipo reaccione de alguna manera y no, aunque me escupan, no voy a reaccionar.
¿Cómo le haces para sacar ese coraje? Dicen que si uno se aguanta le da cáncer.
Me gusta practicar todo lo que tiene que ver con defensa personal, como el box. Me encanta ponerme mis guantes rosas. Saco mucha adrenalina, mala vibra, todo lo que traigo sale en el momento que le estoy pegando al costal.
¿Y de qué político le ves cara al costal de box?
Depende del político en turno que traiga atravesado, sobre todo de otros partidos, aclaro.
¿La política es una señora ingrata?
Todo mundo dice que es la peor profesión, la gente me pregunta ¿cómo aguantas? Después de ver las noticias y de ver lo más amarillista de la política piensan que esa es la labor de un diputado, cuando esa no es la realidad.
¿Qué te saca de quicio de este país?
La corrupción. Que todos sepamos que hay corrupción y aún así se fomente. También me saca de quicio la pasividad de la gente, que no actúen, que sólo se quejen y no haga nada para cambiar las cosas desde su entorno.
¿Te ves sentada en la silla presidencial?
¡Me encantaría! Desde chavita siempre he dicho que me fascinaría ser Presidenta de México.
¿Y además ser la primera mujer?
Tal vez no la primera, ojalá que hubiera muchas mujeres antes que yo. Por supuesto me hubiera encantado que Josefina Vázquez Mota hubiese sido la primera mujer Presidenta, pero yo voy a trabajar de manera muy intensa siempre pensando en ese objetivo.
Háblame de tu mayor extravagancia.
Me gusta ser atrevida. De hecho me encanta andar en moto, un buen amigo me enseñó.
¿Tienes tu propia moto?
La verdad no me he animado porque mi papá odia las motos y sé que sufriría mucho si supiera que tengo una. Pero cuento con un grupo de amigos que andan en moto y me invitan de vez en cuando.
¿Qué sientes cuando vas a gran velocidad?
Me divierte y me permite salir de mi mundo por un momento porque ando en carreteras, porque veo paisajes, me transporto por completo.
¿Y no te da miedo?
No. A mí lo que me produce miedo es la oscuridad absoluta. No me gusta.
¿Te encomiendas a Dios cuando no hay luz?
Sí, un poco.
Del uno al diez, ¿qué tan mocha eres?
La verdad, cinco.
¿En serio? Hubiera esperado que me regatearas más dígitos.
No, para nada. No soy radical. Algunos me han tratado de poner en el 10 pero cuando me conocen se dan cuenta de que no, pues soy una mujer abierta que defiende lo que piensa y respeta lo que opinan los demás.
¿Entonces por qué en 2009 te escandalizó tanto la iniciativa del PRD del matrimonio entre personas del mismo sexo?
Porque para mí el matrimonio significa una cosa y en los términos jurídicos uno no puede cambiar su naturaleza, ese era mi tema.
¿Qué significa para ti el matrimonio?
El matrimonio es la unión libre de hombre y mujer, ma-tri-mo-nio, o sea, te voy a enseñar toda la justificación jurídica que es lo que yo veía sobre la familia.
Qué curioso que ni la Real Academia Española en alguna de sus definiciones de familia mencionan «la unión de hombre y mujer».
Bueno, ha ido cambiando.
¿Por qué el matrimonio no tendría que cambiar?
Bueno, pues hoy ya se permite ese matrimonio, ¿no? Yo soy muy respetuosa y al final del día son temas sensibles, son temas de la agenda del PAN, del partido que represento y eso hay que tenerlo claro. Yo estoy en un partido político que defiende ciertos temas y así lo asumo, también hay otros partidos que defienden otros temas y hay que respetarnos entre nosotros, por algo los ciudadanos nos eligieron.
¿Nos podemos tomar como una buena señal que el PAN siga pensando como en el siglo XVIII?
Lo que creo es que somos un partido que debemos modernizarnos, darle prioridad al tema de la familia, al tema de los valores, en eso creo que nadie estamos peleados. Es como el tema del aborto, claro que yo no estoy jamás a favor de criminalizar a las mujeres pero sí estoy a favor de una cultura para prevenir el aborto y creo que es algo que ha fallado en el Gobierno del DF.
¿Por qué en los temas polémicos los panistas se escudan en los ideales conservadores del partido cuando su fundador, Manuel Gómez Morín, fue todo un liberal?
Tampoco creo que somos muy conservadores, a lo mejor en ciertos temas es probable, pero yo no lo veo así. Claro que hay grupos muy radicales dentro del PAN, pero no son la mayoría.
¿Y la mayoría está conformada por liberales?
Hay de todo en el PAN, hay mucha libertad de expresión.
Yo no la he visto.
A lo mejor porque no han querido participar, pero de que los hay los hay. Mira, Beto, yo respeto si una pareja de personas del mismo sexo decide estar junta y decide ir al juez, no tengo problema mientras nos respetemos entre todos, pero algunos querían radicalizar el asunto y se metían ya con otros temas: que si la adopción, que si era conveniente.
¿Tú tienes amigas lesbianas?
Sí, pero más bien me enteré con el paso de los años porque son mis amigas desde niñas y ahora me lo compartieron porque ya es un tema mucho más abierto.
¿Y has ido a un antro gay?
Alguna vez fui al Living con un amigo gay. Estaba de moda hace como ocho años y no me asustó en lo absoluto.
¿Dejarías a tus hijos encargados un fin de semana a tu amigo gay?
No tendría problema porque a ese gran amigo lo conozco perfectamente. Yo no tendría ningún inconveniente.
¿Cuáles son tus placeres culposos?
Chayanne me fascina. Todos los conciertos que hay en México, ahí estoy. En esto de la política uno conoce a mucha gente, pero el día que conocí a Chayanne no sabía qué decirle, me impactó. Se me hizo un hombre sencillo, guapo, grandote, con una súper personalidad y encantador. Le dije: «tú vas a cantar en mis 40, yo te voy a invitar». Faltan seis años y no sé cómo le voy a hacer, pero va a cantar en mi fiesta.