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El Carrusel de niños [versión política]
No están todos los que son ni son todos los que están, pero las fotografías que aquí aparecen son una muestra representativa de que nuestra actual clase política también tuvo infancia. Quienes hoy llevan las riendas del país en sus manos algún día jugaron bote pateado, brincaron la cuerda, se emocionaron al encontrar a otro niño en las escondidillas y es altamente probable que se hayan aprendido de memoria alguna canción de Francisco Gabilondo Soler “Cri cri”.
Según cuenta la leyenda en México se oficializó el 30 de abril como Día del Niño en 1924. En aquellos años era presidente de la República Álvaro Obregón y el cargo de secretario de Educación Pública lo ocupaba José Vasconcelos. Esta fecha fue elegida debido a que en ese año fue adoptada por la Sociedad de Naciones, la Declaración de Ginebra, redactada por Eglantyne Jebb (1876-1928), activista inglesa que marcada por las consecuencias de la Primera Guerra Mundial advirtió en dicho manifiesto la importancia de tener consideraciones especiales con los menores.
Y en sus respectivos años menores, desde el presidente de México hasta gobernadores y senadores, nuestros políticos también fueron niños y niñas como cualquiera. Con defectos y virtudes, con amor y desamor. Incluso una de ellas (La Primera Dama Angélica Rivera de Peña) se hizo suave como gaviota pero felina como una leona. El resto también tienen su historia.