Víctor Manuel Camacho Solís fue un funcionario sociable y querido, que aunque tenía más de un detractor, muchos admiraban a este político de vieja guardia que a lo largo de sus más de tres décadas de carrera como funcionario público, estuvo presente en momentos clave de la historia política de México y que incluso intentó llegar a la presidencia del país. Por lo que nos es de extrañarse que tras su muerte el pasado 5 de junio (ver nota), víctima del cáncer cerebral con el que venía luchando desde el 2014 (ver nota), en la que fuera su oficina dentro de la Cámara de Senadores de Reforma y en la entrada del Grupo Parlamentario del PRD en el senado, aún se puede ver el tradicional moño negro en señal de luto por la desaparición del perredista. Aunque a 12 días del deceso de Manuel Camacho, ayer por la tarde se podía ver a gente empaquetando las pertenencias del senador en al rededor de 30 cajas de cartón.
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