Biografías
De dónde viene la esposa de Enrique de la Madrid Cordero
Por sus venas corre el más arraigado abolengo de las familias del sur de toda la vida. Isabel Prieto de De la Madrid –ahora llamada la Primera Dama de la Secretaría de Turismo– tuvo una infancia rodeada de las personalidades con mayor relevancia internacional en el ámbito de la música, el cine y las letras hacia mediados del siglo XX. Desde hace por lo menos un par de décadas es la esposa de Enrique Octavio de la Madrid Cordero, el tercero de los cinco hijos que procreó el hombre que gobernó a México de 1982 a 1988, Miguel de la Madrid Hurtado, y su mujer Paloma Cordero.
Pero del heredero del otrora Primer Mandatario de México se sabe casi todo. Que de sus hermanos, Enrique fue el único que siguió los pasos de su padre en el terreno de la política, en específico, en el Partido Revolucionario Institucional (PRI). También se conoce que estudió Derecho en la UNAM, que tiene una maestría en la Universidad de Harvard, que ha ocupado la dirección General de Financiera Rural y que ha tenido cargos bajo la bandera del PRI, como el de Diputado Federal. Lo más reciente: que el 27 de agosto de 2015 fue nombrado por el presidente Enrique Peña Nieto como Secretario de Turismo. Sin embargo, de la mujer con la que Enrique de la Madrid Cordero ha conformado su familia se sabe poco. Muy poco. Así que a continuación se presenta el lado desconocido de los orígenes y genealogía de Isabel.
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VECINOS DE FRIDA KAHLO Y DIEGO RIVERA
A principios del siglo XX –específicamente en 1937– comenzó a escribirse la historia de la dinastía de los Prieto luego de que el español Carlos Prieto Fernández de la Llana contrajo nupcias con la francesa Cecile Jacqué, en Tierra Azteca. Carlos, abogado de profesión, había llegado a México en 1923 por invitación de su tío Adolfo Prieto –quien entonces era presidente de la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey– para que arreglara asuntos legales de la empresa. El joven venía sólo por un mes, pero al poco tiempo se hizo cargo del departamento legal, y al paso de los años, exactamente en 1945, con el fin de la Segunda Guerra Mundial ocupó la silla de presidente de la corporación.
Poco tiempo después de haberse casado, los Prieto Jacqué instalaron su hogar en la casa marcada con el número 147 de la calle Altavista, localizada en una de las colonias de mayor plusvalía al sur de la Ciudad de México: San Ángel Inn. La residencia del nuevo matrimonio se ubicaba a tan sólo un predio de distancia de la propiedad en la que el arquitecto y artista mexicano Juan O´Gorman construyó una casa para el muralista Diego Rivera, y otra, contigua a la primera, para la esposa de éste, la también pintora Frida Kahlo.
Según la historia oficial del ahora Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo, la pareja de artistas plásticos habitó estas construcciones durante cinco años, de 1934 a 1941. “Es en esta casa que Frida realiza obra que posteriormente la consolidaría como artista: Lo que el agua me dió, El ojo avizor y El difunto Dimas”: dice la página de internet del museo, la cual afirma que más tarde Frida regresaría a la casa paterna –la ahora también museo Casa Azul, en Coyoacán– debido al fallecimiento de su padre Guillermo Kahlo. En la casa de Coyoacán Frida permanecería hasta su muerte el 14 de julio de 1954. Mientras que Diego Rivera habitó en la casa de San Ángel hasta el 24 de noviembre de 1957, fecha de su fallecimiento.
En estricto sentido los Prieto Jacqué fueron vecinos de Frida Kahlo de 1937 a 1941, mientras que con el afamado Rivera se extendió la vecindad hacia 1957.
VISITANTES DISTINGUIDOS
Carlos Prieto y Cecil Jacqué procrearon dos hijos: Carlos y Juan Luis, quienes desde muy temprana edad tuvieron en sus padres a dos profesores de música, ya que ambos eran grandes maestros del violín, razón por la cual los niños aprendieron a tocar los cuartetos de cuerdas de Beethoven incluso antes de ingresar a la primaria.
Pero eso no era todo. En cada uno de los rincones de la casona de Altavista ocurrían cosas muy interesantes. Dada la afición de Carlos a la literatura, la historia, la geografía, la botánica y los viajes (que dieron pie a la publicación de sus dos libros: La minería en el Nuevo Mundo y El Océano Pacífico; navegantes españoles del siglo XVI), el territorio de los Prieto se convirtió en una escala obligada de músicos de la talla de Igor Stravinsky, Leonard Bernstein y Jascha Heifetz, así como de los escritores Ricardo de Alcázar, Florentino Martínez Torner, Alfonso Reyes, Jaime Torres Bodet, Juan Rulfo y el español Salvador de Madariaga, que se reunían en maratónicas tertulias en la sala de la casa.
Sin embargo el que más resultaba interesante para Carlos y Juan Luis Prieto Jacqué –ya convertidos en adolescentes– era la presencia de Stravinski, quien cada vez que llegaba a México proveniente de su natal Rusia visitaba a los Prieto. Y en más de una ocasión compartió con ellos lo secretos mejor guardados de la música.
En la mitad de la década de los 70 del siglo XX Carlos Prieto se jubiló de la Compañía Fundidora de Fierro y Acero de Monterrey, que para entonces ya se llamaba Fundidora de Monterrey y fue la antesala de lo que hoy se conoce como Parque Fundidora. El patriarca pasó los últimos días de su vida dedicado por completo a la música, una pasión que nunca se apagó hasta el día de su muerte, ocurrida en 1990, un año después de que falleciera su esposa Cecile. Fue entonces cuando la histórica residencia de Altavista 147 dejó de tener habitantes. Los hijos se habían despedido años atrás para irse a formar su propio hogar.
EL ÁRBOL GENEALÓGICO
Juan Luis Prieto Jacqué se casó con Elisa Reina Garza y tuvieron a Juan Luis Jr. y Cecile. Mientras que Carlos Prieto Jacqué se unió en matrimonio con María Isabel Prieto Carles y procrearon a Carlos Miguel, Isabel y Mauricio. Con esta tercera generación se formó el famoso Cuarteto de los Prieto, integrado por Carlos y Juan Luis Prieto y sus respectivos hijos mayores Carlos Miguel (Director de la Orquesta Sinfónica Nacional así como de la Orquesta Sinfónica de Minería) y Juan Luis Prieto Reina. (Ver programa)
La única mujer de esta tercera generación, Isabel Prieto, llegó al altar junto con Enrique Octavio de la Madrid Cordero, hijo del presidente Miguel de la Madrid Hurtado. El matrimonio conformado por Isabel y Enrique vio la llegada de tres descendientes: Luis Javier –actualmente de aproximadamente 20 años de edad–, Pablo –de 18– y María –quien debe rondar los 14 años–.
Con lo que respecta a la casa de los abuelos Prieto, en junio de 2004 dejó su vocación de uso habitacional y fue demolida para dar paso a un centro comercial en el que ahora habitarían marcas de lujo: Altavista 147. Este espacio fue inaugurado a mediados de 2006 con las siguientes firmas en su interior: Hugo Boss, Salvatore Ferragamo, Tane, Max Mara, CH Carolina Herrera, Louis Vuitton, Cosmétika, un Starbucks y Etérea Spa. Vale la pena señalas que éste último fue propiedad de Isabel Prieto de De la Madrid quien hace unos años abandonó el mundo empresarial para dedicarse por completo a su papel de madre y esposa.