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La mujer que cambió la vida de Diego Fernández de Cevallos
Su historia ha tenido suficientes muestras de complicidad. Desde 2004, año en que comenzó su relación, Diego Fernández de Cevallos y Liliana León Maldonado han hecho de todo para demostrarse el amor que sienten: él, le construyó una carretera en el estado de Jalisco; ella, lo ayudó a recuperarse del secuestro que el político del Partido Acción Nacional sufrió en mayo de 2010.
El relato de amor entre el panista –conocido como “El Jefe Diego”– y Liliana León tuvo sus inicios en 2004, luego de que el ex candidato presidencial se separó de Claudia Gutiérrez, con quien contrajo matrimonio sólo por la iglesia y no por lo civil en 1977 y con quien trajo al mundo a tres de sus cuatro hijos: Diego, David y Claudia. El cuarto, Rodrigo, fue fruto de una relación extramarital del simpatizante del partido de derecha.
Cuenta la leyenda que fue en abril de 2004 cuando varias voces comenzaron a anunciar que el panista, de entonces 63 años de edad, se había vuelto a enamorar. Y lo había hecho nada más y nada menos que de una joven de 27 años, que fue considerada como la más bella de Los Altos de Jalisco, pues en 1992 fue coronada como señorita Arandas 92-93, durante el certamen «Señorita Región de Los Altos». Los rumores eran ciertos. Diego y Liliana ya eran novios.
A pesar de que mantuvieron los inicios de su relación de manera muy discreta, un acontecimiento en una obra pública los puso en el reflector, pues el abogado por la Universidad Nacional Autónoma de México tuvo un gesto hacia su amada que reveló la intensidad del amor que le profesaba.
La carretera del amor
Para nadie era un secreto que Liliana le había robado el corazón a “El Jefe Diego” y no solo por los varios poemas que éste le dedicó, sino porque a finales de 2003, a petición de su joven amada, Diego Fernández, cedió de manera gratuita (aunque después se dijo lo contrario) materiales y maquinaria de su propiedad, que transportó desde Querétaro, para aumentar y terminar de construir la vía que comunica el municipio de Arandas con Tepatitlán, en el estado de Jalisco.
Fernández de Cevallos, entonces senador de la República, y el gobernador jalisciense Francisco Ramírez Acuña (2001-2006) inauguraron en dicha localidad el tramo de la autopista federal Guadalajara-Tepatitlán que, hasta hoy, es conocido como la «carretera de amor» por la historia de su construcción. El entonces presidente municipal de Tepatitlán dijo en su momento que el nombre de la carretera era lo de menos: «Si es del amor o es del agave, no nos interesa el nombre, lo que importa es que la región de Los Altos tiene una arteria vital de comunicación terminada».
Durante aquel evento de inauguración, Diego Fernández aprovechó el momento y tras su respectivo discurso, recitó: «Qué extraño que los amores imploren yo del destino si estoy enfermo de amor por las reinas y flores que adornan este camino». El corazón había dominado a la razón.
Tiempo después, en 2006, aprovechando que conocían a Liliana León, representantes de la delegación municipal de Capilla de Guadalupe en el municipio de Tepatitlán acudieron al rancho de Fernández de Cevallos, en Querétaro, para pedirle ayuda al entonces senador con el objetivo de que Capilla de Guadalupe fuera declarado como el municipio 126 de Jalisco. Los capillenses le dijeron: “Nos echa la mano, señor Diego”, según lo que contaron los asistentes, Diego dirigió la mirada hacia Liliana, quien hizo un gesto de aprobación, tras lo que el panista respondió: “Claro que los ayudo. Siempre ayudo al que viene a pedírmelo”.
A partir de ese momento, el político blanquiazul puso a disposición de los capillenses un abogado para llevar el asunto ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), y una vez que el Congreso del estado aprobó la conformación del nuevo municipio, el ayuntamiento de Tepatitlán inició una controversia constitucional para evitar la escisión de Capilla de Guadalupe, conflicto que sigue vigente actualmente.
El secuestro
El viernes 14 de mayo de 2010, durante el sexenio del también panista Felipe Calderón Hinojosa, cerca de la media noche, Diego Fernández de Cevallos fue secuestrado cuando llegaba a su finca “La Cabaña” ubicada en el municipio San Pedro Escobedo, en Querétaro. Al día siguiente, la búsqueda comenzó al igual que los rumores del motivo del secuestro: «un golpe político contra Calderón”, “un ajuste de cuentas”, entre otros.
Durante ese tiempo, los Fernández de Cevallos vivieron en angustia permanente mientras exigían el rescate al gobierno y negociaban con los captores del patriarca de la familia. Finalmente, el 20 de diciembre se dio a conocer que “El Jefe Diego” luego de 7 meses y 6 días, había sido liberado. Tras el peor suceso de su vida, el político, Liliana y su familia se retiraron por un tiempo del reflector.
Balconeo «Periscopal«
En todo este tiempo Diego y Liliana se caracterizaron por mantener un bajo perfil hasta el pasado sábado 12 de marzo de 2016. Y es que durante la fiesta para celebrar la llegada de los 75 años de edad del excandidato presidencial, realizada en su hacienda «La Barranca», la delegada de Miguel Hidalgo, Xóchitl Gálvez, transmitió un video en Periscope donde evidenció a diferentes personalidades de la política nacional que habían acudido al llamado de “El Jefe Diego”. El suceso no sólo coló los apellidos de Diego en lo más visto de las redes sociales sino que levantó un debate el torno al uso de Periscope por parte de los funcionarios públicos.
VER: Balconean a invitados en la fiesta de “El Jefe Diego” [VIDEO].