Biografías
Biografía de la esposa de Manlio Fabio Beltrones
Su árbol genealógico es tapatío. Sylvia llegó al mundo un 12 de octubre en La Barca, Jalisco, fruto del matrimonio de Salvador Sánchez Ávalos y Elvira Estrada de Sánchez. Pero no estaba sola. La familia, que pronto emigró de su estado natal a la Ciudad de México, se conformó por otros dos descendientes: Salvador y Carmina. Mientras doña Elvira siempre se dedicó al cuidado de sus hijos, el patriarca –Ingeniero Agrónomo por la Universidad Autónoma Chapingo– trabajó durante muchos años como funcionario en la Secretaría de Agricultura donde llegó a ocupar puestos muy importantes y, gracias a sus ingresos, pudo darles a sus hijos un estilo de vida afincado en la clase media del Distrito Federal.
La colonia Del Valle les gustó para instalarse. Los Sánchez Estrada crearon su hogar en la propiedad marcada con el número 1527 de la calle Patricio Sanz. Debido a que la casa contaba con un amplio jardín, en ese espacio Salvador mandó a construir una casita de muñecas para sus dos hijas. Años más tarde, cuando la adolescencia se apoderó de Sylvia, su máximo en la vida era ir con sus hermanos a patinar sobre hielo. En el terreno académico, sus padres inscribieron a Sylvia en el Colegio Simón Bolívar donde la joven estudió la primaria, la secundaria y el bachillerato bajo los preceptos de la Iglesia Católica. En las vacaciones escolares la familia se refugiaba en el extenso rancho que tenía Salvador Sánchez en La Barca, Jalisco.
EL AMOR LLEGA EN TERRITORIO PUMA
Pocos años después Sylvia ingresó a la Universidad Iberoamericana para estudiar la licenciatura en Psicología. Sin embargo, por considerar que tenía mejor plan de estudios se cambió a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). La estudiante no sólo descubrió la vida académica de Ciudad Universitaria, sino que también ahí conoció a su futuro amor.
En 1974, durante una reunión, unos amigos en común presentaron a Sylvia con el joven Manlio Fabio Beltrones Rivera quien entonces estudiaba Economía en la misma casa de estudios. Ambos estuvieron platicando durante horas, intercambiaron números de teléfono, y así fue el inicio de una amistad con todos los tintes de convertirse en romance en el corto plazo. No obstante, debido a que Beltrones concluyó su licenciatura en 1976 y ya hacía sus pininos en la política como asistente de Jesús Reyes Heroles –quien fungía como Secretario de Gobernación en aquella época–, hubo un distanciamiento entre los dos, el cual duró hasta 1977 cuando se volvieron a encontrar y Manlio le pidió que fuera su novia.
A partir de ahí Sylvia conoció la adrenalina que siente alguien cuando le llevaran Mariachi a la puerta de su casa. “De Manlio me atrajo su personalidad, su calidad humana, su inteligencia y su sentido del humor”, ha dicho Sylvia en entrevistas y ha señalado que a pesar de su juventud Manlio era muy formal.
UNA BODA EN EL DÍA DE LA MADRE
Cuando Beltrones trabajaba en Gobernación, Sylvia hacía lo suyo en la Secretaría de Agricultura, en el Departamento de Extensión Agrícola, donde aplicaba exámenes psicométricos a los profesionistas aspirantes a ingresar a esa dependencia. La mayoría eran jóvenes que habían terminado las carreras de Ingeniero Agrónomo o Médicos Veterinarios Zootecnistas. Pero no pasó mucho tiempo para que Sylvia se despidiera de su escritorio y su máquina de escribir, luego de dos años de noviazgo se casó con Manlio y él le pidió que se dedicara totalmente a su matrimonio.
No tenía otra fecha disponible debido a su carga laboral, así que Beltrones eligió el 10 de mayo de 1979 para llevar a Sylvia frente al altar. La recepción fue en el Casino de la Secretaría de Marina y, con todo y la fecha, tuvieron 500 invitados. Sylvia recuerda que el menú de su boda consistió en: entrada de aguacate con camarón; sopa de Morillos; como plato principal se sirvieron codornices con arroz salvaje y, para finalizar, hubo varios postres. La fiesta fue amenizada con la orquesta de la Secretaría de Marina, y no podían faltar los Mariachis. De luna de miel los recién casados se fueron a Europa.
A pesar de que su intención era convertirse rápidamente en padres, no pudo ser así. Después de cuatro años de dificultades para concebirla, el 11 de agosto de 1982 nació Sylvana, quien actualmente es diputada federal por el PRI y está casada con Pablo Escudero, senador de la República por el Partido Verde Ecologista de México y presidente de la mesa directiva desde el 31 de agosto de 2016. La primogénita de Manlio Fabio y Sylvia se convertiría en su única hija y, a pesar de que fue recibida en el DF, poco tiempo después la registraron en Cd. Obregón, Sonora, la tierra de Beltrones, la mujer de 34 años de edad es madre de dos niñas llamadas Sylvana y Roberta.
En esa época Manlio trabajaba con el entonces subsecretario de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios, y al mismo tiempo Sylvia colaboraba en el voluntariado de Segob, con Divina M. de Gutiérrez Barrios. Más tarde, de 1991 a 1997 Manlio Fabio Beltrones se convirtió en gobernador del estado que lo vio nacer el 30 de agosto de 1952: Sonora. Por lo tanto, Sylvia pasó a ocupar la oficina de la Presidencia del DIF estatal. Desde entonces ha acompañado –de manera muy discreta–, en la camino político a su esposo quien desde agosto de 2015 y hasta junio de 2016 ocupó la presidencia nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI).