No se sabe exactamente cuántas son las intervenciones que la senadora de 71 años, Layda Sansores San Román (@LaydaSansores) tiene en su rostro, a pesar de que varias de ellas son evidentes como el uso de bótox y colágeno en los labios.

La senadora se ha hecho varios «arreglitos» a lo largo de sus siete décadas.

Layda Sansores es hija de Elsa María Sanromán y Carlos Sansores Pérez, un político que fue gobernador de Campeche de 1967 a 1973 y ex dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional, instituto que cobijó los inicios políticos de Layda colocándola como diputada plurinominal en la LV Legislatura de 1991 a 1994, Senadora por Campeche en las LVI y LVII Legislaturas de 1994 a 2000 y secretaria general del CEN del PRI.

A pesar de que no ha hecho públicas las intervenciones en su rostro, es evidente el uso de bótox en su rostro y posible colágeno en los labios.

La senadora que ha transformado su cara a través del tiempo, también ha transformado su carrera política en varias ocasiones, pues en 1996, tras poco más de 30 años de militancia, renunció al PRI cuando este le negó la candidatura a la gubernatura de su natal Campeche y se postuló en dichas elecciones de la mano del Partido de la Revolución Democrática y tras su derrota en el tricolor, Layda también renunció a ese partido y se unió a las filas de Movimiento Ciudadano en el año 2000.

Sansores ha buscado retrasar el paso del tiempo en su rostro.

En el 2003, en su nuevo partido político, Layda fue nuevamente postulada como candidata a la gubernatura de Campeche y tras perder por segunda ocasión, se desempeñó como diputada federal plurinominal en la LX legislatura y como Consejera política nacional de su partido en 2010. Para 2012 Sansores, y su nuevo rostro, entraron a la Cámara de Senadores en la LXII Legislatura por lista nacional, y actualmente en el cargo, la senadora anunció un nuevo cambio de partido dejando a Movimiento Ciudadano y uniéndose a las filas del Movimiento Regeneración Nacional de Andrés Manuel López Obrador.

Es notable el cambio que hay en los labios de la política.