Desde que Donald Trump (@realDonaldTrump) se lanzó como aspirante a la presidencia de Estados Unidos en junio de 2015, las alertas en México comenzaron a activarse por el discurso de odio y discriminación hacia los migrantes mexicanos del que sin imaginarlo se convertiría en enero de 2017 en el presidente número 45 del país de las barras y las estrellas. Trump fue electo el 8 de noviembre de 2016 por la mayoría de los colegios electorales. Como consecuencia, México y sus instituciones comenzaron a desarrollar estrategias que permitieran dar certidumbre económica, política, social, empresarial, financiera y de seguridad para los mexicanos en territorio nacional, pero sobre todo, para los migrantes que viven en el vecino país del norte.
Lo anterior repercutió en los integrantes del Congreso General de México, en particular del Senado de la República, el cual después de reuniones de trabajo concluyó que en el tema de migrantes no existen diferencias políticas e ideológicas al escuchar las experiencias, dificultades y peticiones de hijos de migrantes.
Los legisladores de diferentes partidos establecieron la «Operación Monarca» la cual tiene la intención de establecer reuniones para identificar cuáles son las principales preocupaciones de la comunidad mexicana en Estados Unidos y crea dos líneas de acción: la primera es fortalecer la red consular y la segunda garantizar al revalidación de estudiantes que puedan ser deportados a México.