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El escándalo de los Echeverría Zuno
«Vive confinado, casi en el abandono, en un rincón de lo que fue su residencia en San Jerónimo», así concluye el primer párrafo del artículo de portada que presentó la revista Proceso el pasado domingo 3 de marzo de 2019 y que firmó Jorge Carrasco Araizaga, a poco más de un mes de que el expresidente de México, Luis Echeverría Álvarez, cumpliera 97 años de edad.
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La información que se da a conocer es que la asistente personal durante los últimos 25 años de Luis Echeverría, María Modesta Gil Cedillo, fue despedida por dos de los hijos del exmandatario: Benito y María Esther Echeverría Zuno, esta última, administradora de los negocios de la familia. La empleada relató con detalle al semanario cómo fue que la lucha de los hermanos por mantener el control del expresidente derivaron en un despido injustificado y amenazas de muerte.
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Según Proceso todo explotó el 18 de diciembre de 2018, cuando las cocineras de Luis Echeverría se dirigieron a su recámara de la residencia de Magnolia 131 en la colonia San Jerónimo, para externarle sus quejas y reclamaciones por los malos tratos y la falta de pago de sus sueldos y prestaciones. No obstante, Benito Echeverría —quien se fue a vivir a esa casa después de su divorcio con Amada Cadaval— hace más de tres años, intentó detener a las empleadas antes de que entraran a la habitación. Debido al escándalo, el ex Primer Mandatario pidió a su asistente que saliera a ver qué pasaba. Al abrir la puerta, las cocineras entraron y Benito le dijo a María Modesta: «No sabes con quién te has metido. Te acabas de meter con un Zuno».
Según lo relatado por María Modesta «(Benito) me agarró de los brazos, me zangoloteó y me arrojó contra el piso. Volé lo que es la rampa que lleva a la recámara del licenciado». Mientras, Benito gritaba «acabo de oír a esta pinche vieja que está azuzando al personal para que te denuncie a ti, padre, y todos tus hijos». Sin embargo, después de 40 minutos de que Benito habló con su papá a solas en la habitación, el hijo salió y volvió a dirigirse a María Modesta: «Te va a cargar la chingada. Yo no amenazo por amenazar, yo mismo te lo cumplo. Te va a cargar la chingada. Te voy a desaparecer no tan sólo de aquí; te voy a desaparecer de la faz de la tierra».
Debido al supuesto hostigamiento y las amenazas, la asistente levantó una denuncia penal en contra de Benito Echeverría Zuno el sábado 22 de diciembre de 2018. Pero no fue lo único, también se acercó al área de Recursos Humanos de la Presidencia de la República para denunciar lo sucedido y ahí le informaron que todos los empleados de Luis Echeverría causarían baja el 31 de diciembre, en total eran 17 trabajadores.
El 26 de diciembre, a decir de María Modesta, fue María Esther Echeverría quien la corrió «sin justificación alguna» de la casa, por lo que también la demandó a ella por despido injustificado a través de la Inmobiliaria Administradora de Inmuebles Citlali, propiedad de la familia Echeverría y la cual le pagaba su sueldo.
Cuna de Grillos tuvo acceso a fuentes cercanas a la familia quienes, en entrevista grabada, aseguraron que «Echeverría no está secuestrado» y explicaron que cualquier integrante de su familia o miembros de su círculo más cercano pueden ir a verlo; entrar y salir de la casa de San Jerónimo; hacerle llamadas telefónicas. Negaron que estuviera «confinado» y precisaron que debido al estado de salud del expresidente «ya no se puede valer por sí mismo. Tiene muy poca movilidad, prácticamente se encuentra todo el tiempo sobre su cama». Aseguraron que lo dicho por María Modesta a Proceso tiene gran parte de verdad, de hecho dieron la primicia que después del percance donde hubo amenazas y violencia física «Benito Echeverría tomó sus maletas, cerró su habitación y abandonó la casa de su padre sin dar noticias de su paradero a ningún miembro de la familia».
Cabe destacar que en la propiedad de Magnolia 131 actualmente vive otro descendiente del hombre que gobernó a México de 1970 a 1976, su hijo Adolfo Echeverría Zuno (divorciado de María Elena Sicilia). Por su parte, María Esther, acude con regularidad a la misma casa y ocupa la oficina del sótano que en su momento fue el despacho de su madre María Esther Zuno Arce, fallecida en diciembre de 1999. Con base a los testimonios obtenidos por este medio «los Echeverría están molestos con las acciones de Benito, pero sobre todo, por dejarles el problema a sus hermanos, pues a su padre ya no le será posible darle solución».