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Lo bueno, lo malo y lo feo de Nuestra Historia Narcótica
“Desde que Felipe Calderón declaró una renovada guerra contra las drogas, supe que sus consecuencias serían imperdonables. Como muchos mexicanos, sentí la urgencia por explicar la tragedia para que la desazón y el miedo no nos inmovilizaran. Con la resignación del hijo de padre proveedor y golpeador, algunos apoyaban la guerra por motivos morales. Otros nos opusimos a la estrategia, porque algo sabíamos de la economía política de los mercados negros de drogas y no queríamos que la normalización de la violencia nos poseyera”. Es así como comienza el libro “Nuestra historia narcótica. Pasajes para (re)legalizar las drogas en México” de Froylán Enciso (Editorial Debate, 2015), que enmarca algunas de las etapas del narcotráfico y su evolución en el país. (Comprar el libro AQUÍ)
Está historia comienza en la época de la Colonia donde la Santa Inquisición impidió el uso del peyote; posteriormente, la intervención de Europa en el estudio de las plantas nativas del nuevo continente generó la invención de la heroína, la morfina y la cocaína y; la intromisión en 1909 por parte de los Estados Unidos de América en México, para prohibir el opio.
En los inicios del siglo XX, el médico que atendía a Venustiano Carranza, José María C. Rodríguez, predicó en contra de las drogas y el 19 de enero de 1917 presentó una propuesta ante el Congreso Constituyente para regular y sancionar la “venta de sustancias que envenenan la raza”, esta propuesta fue aprobada con la mayoría de los votos, según una nota publicada en Excélsior. (Ver nota)
Desde entonces hasta la actualidad se ha implantado un modelo de prohibición en cuanto a las drogas, en el libro de Froylán, se encuentran 29 relatos de historias que fueron marcando un precedente para la relación actual de México con las sustancias psicoactivas. Enciso, historiador sinaloense, detalla que la información para poder recabar estos episodios está publicada en el blog Postales Fantásticas, de la página nuestraaparenterendición.com, dónde la mayoría de los relatos conforman el libro de Nuestra Historia Narcótica.
En 1939, el doctor Leopoldo Salazar Viniegra llamado “gurú de la de la legalización de las drogas” y que se desempeñó como director del manicomio de la Castañeda, convenció a los diplomáticos mexicanos que iban a asistir a la vigésimo cuarta sesión del Comité Consultivo del Opio en Ginebra, para que defendieran la postura de la legalización de drogas para evitar su tráfico, sin embargo, fueron los diplomáticos estadounidenses los que más se opusieron a este llamado por parte de México. (Comprar el libro AQUÍ)
El 17 de febrero de 1940, por convencimiento de algunos médicos que trabajaron con Leopoldo Salazar, Lázaro Cárdenas, entonces presidente de México, publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) a través del Departamento de Salubridad Pública, el Reglamento Federal de Toxicomanías, el cuál señalaba que se tenía que tratar a los toxicómanos como enfermos y controlar la distribución de estupefacientes. Pero el 7 de junio de 1940, el presidente Cárdenas tuvo que suspender el reglamento por presiones estadounidenses. Es decir, solo cuatro meses duró la legalización de las drogas en México.
Así lo detalla Froylán en su libro: “En 1940, cuando Salazar Viniegra ya no trabajaba allí, el director del Departamento de Salubridad, José Siurob, convenció a Lázaro Cárdenas de que se legalizaran las drogas. Y así lo hicieron. Cuando las drogas se legalizaron en México, durante unos meses, en medio de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno estadounidense amenazó al gobierno de Lázaro Cárdenas con suspender el comercio de medicamentos sí se continuaba con este programa. Quería que se criminalizara el uso de las drogas, y así ocurrió”.
En una entrevista realizada por el Colegio de México a Froylán Enciso, este mencionó que fue muy poco el tiempo para evaluar en términos de política pública los alcances y efectos de esta medida, lo que sí aseguró, es que no hay indicios de que haya fracasado, al contrario, tuvo beneficios, ya que logró reducir la violencia y los dividendos de los delincuentes. (Ver video)
Aproximadamente por el año 1947, el gobierno de México tomó la determinación de que el asunto de lo enervantes, ya no sería atendido por la Secretaría de Salubridad y Asistencia, y se pasó el tema a la Procuraduría General de la República (PGR) quién desde entonces ha enviado a detener a productores, consumidores y por supuesto traficantes. Lo que concluye Enciso en el libro es que esta medida del gobierno intensificó el consumo y el tráfico.
Para 1969, por órdenes del entonces presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon, se cerró la frontera con México para evitar el tránsito de narcóticos, así que los contrabandistas se las ingeniaron e innovaron para continuar con el mercado de los estupefacientes en EUA. Mientras tanto en México se desarrolló la Operación Cóndor, la cual fue el inicio del combate a las drogas de manera frontal y comenzó el derrame de sangre. (Comprar el libro AQUÍ)
En una de estas operaciones, el Ejército cometió abusos e injusticias a un poblado llamado La Tuna, en donde nació Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como El Chapo Guzmán, líder del cartel de Sinaloa y considerado en 2009 por la revista Forbes en su listado de los hombres más ricos del mundo. (Ver nota: ¿Se podría oír que El Chapo Guzmán estaba escapando?)
En unos de los relatos que componen el libro, se encuentra el titulado “Arbitrariedades en la tierra del Chapo”, el autor narra cómo el Ejército y la policía llegaron en tres helicópteros el 8 de febrero de 1975 a La Tuna, con apenas 250 habitantes, dentro de estos se encontraba El Chapo con apenas 17 años de edad; los soldados golpearon y desnudaron a las mujeres del poblado, mataron a dos niños, de 11 y 12 años de edad y robaron dinero, así lo denunciaron varias mujeres en aquella época, entre ellas se encontraba Isaura Loera. Froylán Enciso, internacionalista por el Colegio de México (Colmex) concluye que “Las arbitrariedades de las operaciones militares de la década de 1970 fueron parte de la formación emocional de algunos de los personajes más perseguidos en nuestros tiempos. Los operativos militares fueron un catalizador de la criminalidad en el mediano plazo y de la violencia masiva en el corto”
Al finalizar el capítulo sobre El Chapo, Enciso se refiere a éste personaje como «un enemigo público de clase mundial y un bandido popular como pocos». (Ver nota: Quién podría haber hecho las visitas conyugales a El Chapo Guzmán)
Otro de los relatos que narra el doctorando por la State University of the New York, Froylán Enciso, en su libro Nuestra Historia Narcótica, es sobre la propuesta de el narcotraficante, Rafael Caro Quintero, de pagar la deuda externa de México si lo dejaban trabajar en paz. El autor desmitifica este hecho que ha pasado a través de generaciones en la sociedad mexicana. Lo que ocurrió fue la parodia de un comediante que, por las circunstancias de la época donde la deuda se había convertido en la causante de los problemas económicos combinado con el sentimiento de los mexicanos que estaba a flor de piel, se creo una falsa historia entorno al capo de la droga. (Comprar el libro AQUÍ)
Otra historia narrada que lleva por título «La misteriosa incursión de un Azcárraga en el narco» plantea la realidad que no sólo en México se estaba dando el tráfico de drogas, sino que existía un red de distribución hacía los Estado Unidos con la complicidad de autoridades texanas. la historia cuenta que Luis Alberto Azcárraga Milmo, introdujo en el neumático de repuesto de un coche, 19 bolsas con 19 kilos y medio de heroína y condujo hasta la frontera de Nueva Laredo. La noche del 26 de agosto de 1971 los agentes aduanalaes lo revisaron y le encontraron el cargamento valuado en 10 millones de dólares, como 125 millones de pesos aproximadamente. Lo que no se ha podido comprobar, es si existe un vínculo entre Luis Alberto y la familia que fundó y controla la empresa de entretenimiento de México, Televisa, actualmente dirigida por Emilio Azcárraga Jean, hijo de Emilio Azcárraga Milmo y nieto de Emilio Azcárraga Vidaurreta.
Aquí el prólogo y la introducción del libro: NuestraHistoriaNarcótica