El 3 de febrero de 1981 Carlos, el príncipe de Gales sorprendió al mundo al proponerle matrimonio a una discreta jovencita llamada Diana Spencer en el Castillo de Windsor, en ese momento el heredero al trono de 32 años le dijo a la joven de 19: «Te das cuenta que un día serás la reina», sin embargo, varios años después Diana reconoció que no sabía la dimensión de la decisión que estaba tomando en ese entonces. Antes, durante y después de la boda se convirtieron en la pareja más asediada por los medios de comunicación internacionales.

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Durante la primera década del matrimonio entre el príncipe Carlos y la princesa Diana, nadie supo que la historia de amor que se presumía desde la monarquía británica era más de traición, engaño e infidelidad. Durante ese proceso, la popularidad de Lady Di como fue bautizada por la prensa, rebasó todas las fronteras posibles, llegó a ser más querida que la reina Isabel II, su acciones de ayuda humanitaria le dieron un acceso especial alrededor del mundo.

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La foto de Diana sentada sola frente al Taj Mahal, el templo del amor en la India, fue el inicio de una guerra de bajo y alto impacto entre la casa real británica, representada por la reina Isabel II y Diana. La prensa oficial del Palacio de Buckingham comenzó a atacar a la princesa de Gales poniendo a Carlos como víctima del rompimiento.

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Debido al maltrato que Diana recibió de la familia real, decidió apoyar la publicación de un libro en junio de 1992 titulado «Diana: su verdadera historia», escrito por el periodista Andrew Morton. En su momento se aseguró que no existía participación alguna de la todavía Princesa de Gales, pero lo que revelaba dicho ejemplar eran las más de tres veces que la princesa del pueblo se intentó suicidar y, confirmaba la infidelidad del príncipe Carlos con Camila Parker desde antes de la boda con Diana.

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Entre la reina Isabel y Lady Di se generó un acuerdo en el cual la monarquía le permitiría continuar con sus labores humanitarias, mientras ella pudiera cumplir con su papel de esposa y madre. Pero, la estocada final la dio la Princesa de Gales el 20 de noviembre de 1995, día en que Isabel II y Felipe de Edimburgo celebraban 48 años de casados, al aparecer en una entrevista para la BCC y en donde declaró: «éramos tres en mi matrimonio, y eso es una multitud». Después de tres semanas de este episodio, Isabel II intervino nuevamente y les sugirió el divorcio.

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Sin embargo, no todo acabaría ahí, las negociaciones las ganó por completo Diana, ya que pidió quedarse en su departamento en Kensigton, una indemnización de 17 millones de libras que para 1996 eran aproximadamente 185 millones de pesos, también 350 mil libras al año para su oficina privada, algo así como tres millones ochocientos mil pesos anuales. Además, quedarse con la escolta real, conservar sus alhajas y la más importante, la custodia compartida de sus dos hijos.

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