La barba nunca pasa de moda. Y es que para la mayoría de los hombres, el bello facial es uno de sus mejores aliados, pero existen impresiones psicológicas que el uso de la barba detona en la mente de la sociedad.
Según estudios, una de las impresiones que la barba le aporta al hombre es de estatus social, pues la mayoría de las personas hacen una relación de la barba con el respeto, poder e influencia, por tanto, con una posición social más elevada.
Otra señal es la masculinidad, pues según lo que dicen los sicólogos de la Universidad de Northumbria, en Estados Unidos, las personas afeitadas las afeitadas tienen menos atributos de masculinidad al tiempo que aparentan ser más dóciles, al contrario de los que poseen bello facial, pues este les da una apariencia de fuerza y dominancia.
Los biólogos evolucionistas William Hamilton y Marlene Zuk en estudio publicado en la revista Science afirman que el hecho de usar barba es un modo de demostrar un buen estado de salud, pues históricamente, el vello facial era un medio perfecto para para la invasión de parásitos y los hombres que se atrevían a usarla, mostraban la fuerza de su sistema inmune.
El mismo estudio revela que la barba es una señal de la competitividad masculina. De acuerdo con la teoría de los biólogos, la barba es una de sus mayores fuerzas a la hora de compararse con otros hombres, puesto que no a todos les sale o no les sale uniforme.