Fernando Bribiesca

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El diputado del Partido Nueva Alianza en el restaurante Nueve Nueve Bistró.
Fernando Bribiesca

*Entrevista realizada en mayo de 2013.

Es inevitable. Cuando el hijo menor de la ex primera dama de México, Marta Sahagún de Fox, lee noticias negativas sobre sus dos hermanos mayores, siente coraje. A sus 31 años es diputado en el Congreso de la Unión por el partido Nueva Alianza al cual, dice —en el privado del restaurante Nueve Nueve Bistró—, no llegó por invitación de Elba Esther Gordillo. Sin embargo, reconoce que gracias a su buena relación con la Maestra tuvo charlas que siempre fueron consejos políticos. 

 

Fernando Bribiesca

A Fernando le gustan los huauzontles, las verdolagas y las chilacas  / FOTO: blogspot.com

 


¿Qué te impactó cuando viste por primera vez a Elba Esther Gordillo?
La primera ocasión nada más fue de «hola» y «adiós». Estábamos en Los Pinos, por ahí de 2003. 

Pero se veían seguido, ¿no?
No tanto. Después me invitó a comer a su casa (en Polanco) y platicamos sobre cómo iban a quedar los resultados en las elecciones estatales de 2010 en Hidalgo. Ella comentó que iban a ganar (con el candidato Francisco Olvera Ruiz de la coalición PRI, PVEM y Panal) por equis número de puntos. Yo le dije: «¿Cómo cree Maestra? ¡Va a ganar Xóchitl Gálvez!» (de la coalición PAN, PRD, Convergencia). Finalmente ganó Olvera por el porcentaje de puntos que ella me había dicho. Tiene un gran conocimiento de la política. 

Cuéntame alguna anécdota de la Maestra.
Siempre empezaba sus pláticas con la pregunta: «¿Y tú cómo lo ves?». Creo que le gustaba no sólo estar informada y retroalimentarse, sino generar debates y discusiones. 

¿Te dio algún consejo político? 
Las charlas con ella eran sumamente interesantes. Siempre fueron consejos políticos. 

¿Cómo entraste al Partido Nueva Alianza? 
Cuando regresé a México de estudiar mi maestría [Gerencia Política] en Washington DC, abrí mi consultoría AB Consulting y junto con mi socio Pepe Paredes nos incorporamos a trabajar con el PAN y el PRD en la campaña de Xóchilt Gálvez. Luego conocí a gente de Nueva Alianza y me invitaron a participar como consultor. Todavía estaba Jorge Kahwagi como presidente del partido. Dos años antes empezamos a hacer investigaciones para alinear la estrategia rumbo a las elecciones de 2012. Cuando llegó Luis Castro vino el ofrecimiento de una diputación plurinominal.

Acá entre nos, ¿en la campaña de Xóchitl Gálvez no te generaba repele trabajarle al PRD?
Pues no, porque yo estaba haciendo mi chamba como consultor. 

Pero tu mamá y su esposo le tenían declarada la guerra a sangre fría al candidato presidencial del PRD, Andrés Manuel López Obrador.
Al final de cuentas eran Marta y Vicente, no yo. Me ha tocado conocer gente muy interesante en el PRD, como Jesús Zambrano. 

Si ya sabías que a los políticos generalmente los acompaña el estigma de que son corruptos, ¿por qué decidiste entrarle a esa carnicería?
Es vocación. Yo veo en la política la posibilidad de servir a los demás y es supergratificante. Es como la medicina, como un doctor curando pacientes.

¿La gente te agradece lo que haces? 
Sí, claro.

¿Cómo lo mides?
Con una sonrisa, con un abrazo.

Pero si alguien piensa en un diputado, todos los adjetivos siempre serán negativos. 
Coincido contigo, pero al final de cuentas nuestro trabajo es seguir adelante. 

¿Por qué el Panal y no el PAN?
Me ha tocado ver la política desde muchos ángulos, como oposición, como un miembro de la familia del presidente y llegué a una conclusión: las personas están arriba de los partidos. 

¿No será que más bien es que en esa época estaban queriendo expulsar a Vicente Fox del PAN?
No tiene nada que ver, porque me sigo llevando con los panistas, con los perredistas. En el momento en que me invitó Luis Castro, al ver que la gente estaba cansada de los políticos, también había un espacio de oportunidad para los ciudadanos. Es ahí donde dije: «Ésta puede ser una gran oportunidad para mí». Coincide con la candidatura a la presidencia de Gabriel Quadri en 2012. 

¿Cuál es exactamente tu chamba en el Congreso?
Soy secretario de la Mesa Directiva.

¿De la mesa, mesa, mesa que más aplauda?
También nos toca aplaudir cuando tenemos diputados suplentes que llegan a la Cámara a tomar posiciones como titulares. Pero mi chamba no es aplaudir. Mi chamba es checar que la sesión se lleve en orden y verificar que las distintas comisiones estén funcionando bien, entre otras cosas.

Pero eso está bien fácil, cualquiera lo puede hacer.
¡Claro que no! Hay que saber entender las tripas del legislativo. Al ser mi primera experiencia como legislador llegué y lo que menos conocía era el reglamento de la Cámara y eso me ha forzado a meterme al conocimiento del reglamento. Es curioso que hay gente del personal de servicios parlamentarios que está ahí desde que mi abuelo [el pediatra Manuel Bribiesca Castrejón] era diputado del PAN.

Tu abuelo panista, tu mamá panista, el esposo de tu mamá panista… ¿No has pensado que eres la oveja azul turquesa de la familia? 
Si yo no estoy renegando de mi pasado político. Nueva Alianza es un partido liberal. Un partido que le ha venido a poner un poquito de sal y pimienta a la política mexicana donde podemos hablar del tema de la legalización de la mariguana…

¿Y tú te has echado un churrito de mota?
Sinceramente, no. A mí me gusta echarme mis mezcalitos. 

¿De comer qué te gusta? 
Los huauzontles capeados con salsa de tomate y queso, las verdolagas con carne de puerco en salsa verde, las chilacas… Me encanta la comida picante, soy de comer con chile habanero. 

¿No sufres en el baño?
No, ya estamos curtidos. Imagínate, yo acompañaba al viejo [su papá Manuel Bribiesca Godoy] a las comunidades en las distintas campañas y había que entrarle a los que nos dieran. 

Supongo que en las campañas recientes de 2012…
En las recientes no me tocó acompañarlo, sólo dándole algún tipo de consejo o recibiendo consejo por parte de él. Lo apoyé antes, cuando fue candidato a diputado federal por el PAN en 1990.

Mira, tu papá también es panista. Te digo que eres la oveja azul turquesa…
Luego mi papá fue candidato del Partido Liberal Mexicano a la alcaldía de Celaya en 2006, no ganó, y en 2012 por Movimiento Ciudadano fue candidato a la presidencia municipal de Celaya, Guanajuato, pero fue Ismael Pérez Ordaz quien ganó en alianza PAN-Nueva Alianza y ahí sí te tengo que decir que nos metimos fuertísimo a chambear apoyando a Ismael. 

Tsss, ¿o sea que no apoyaste a tu papá?
En esta ocasión, no.

¿No le alcanzó para pagarte o qué?
Hay apoyo moral. Yo era candidato de Nueva Alianza y tenía que apoyar a mi partido. 

¿Cómo anda tu corazón en las cuestiones emocionales?
Soltero. Andaba con una niña de Tijuana, Adriana Camarena, pero ya terminamos hace ocho meses.

¿Será que le dedicas a Litzy de vez en cuando la canción «No te extraño yo»?
[Risas nerviosas]. Retomé contacto con ella vía Twitter. Le dio retweet a uno de mis mensajes y se lo agradecí. Me dio mucho gusto. Pero no le canto nada. En los dos años que duramos de novios [2001-2003] ella sabía que no era fan de su música. 

¿Entonces qué traes en tu iPod?
Música de Alt-J, Yacht, David Bowie, el nuevo de Depeche Mode, el último disco de Chetes. 

¿Cuál es el libro que quieres leer pero no has podido ir a comprar?
Quiero terminar la trilogía de La chica del dragón tatuado, me falta La chica que pateó un avispero. Vicente [Fox Quesada] me regaló Equipo de rivales, el libro en el que está basada la película Lincoln. Traigo ganas de leer sobre temas más espirituales porque cuando te metes en la grilla dejas a un lado las emociones. 

¿Ya leíste el libro de Los hijos de Marta, de Jesusa Cervantes, o el de Simplemente Martita escrito por Guadalupe Loaeza?
No. Ni siquiera había escuchado los títulos. De cualquier manera no leería algo que sé que va a criticar a mi familia. Si hay algo que debo reconocer es un gran cariño, emocionalmente estoy atado a mi familia. 

¿Cómo manejas los escándalos de tu familia? 
Entiendo que soy parte del escrutinio público. Desde que mis papás entraron a la política nos dijeron que íbamos a estar expuestos a muchas cosas. Esto es algo que he vivido desde que tengo uso de razón.

¿Y tú cómo te vacunas?
A veces hay que hacer caso omiso. Aguantar. Hacer callo. En ocasiones ya sabes que viene el madrazo, pero lo dejas pasar. No puedes responder a todo.

Sobre todo el tema de tus hermanos, por ejemplo Manuel Bribiesca recientemente se declaró culpable en un juicio en Estados Unidos por fraude a una empresa estdounidense. 
El morbo o el interés que pudo haber en la prensa con mi llegada al Congreso ha venido desapareciendo por el trabajo que estoy haciendo. Yo fui muy claro: «Si quieren saber de mis hermanos, pregúntenle a ellos». La vacuna es dar la cara. Yo no estoy escondiéndome de nadie. 

¿Qué sientes cuando dicen lo que dicen de tus hermanos?
Siento coraje. Digo: «Ahí viene otra vez la prensa». No en mal plan. Pero no tengo forma de ayudar, para eso están los abogados.

¿Cuál es la recomendación que te da tu mamá para sobrevivir a la política?
Ahí donde me ves de reservado, soy un chavo temperamental, así que mi mamá siempre me dice: «No te enojes, dale para delante. Siempre habrá piedritas en el camino, hay que saberles dar la vuelta».

¿Y les das la vuelta o las pisas o las pateas?
Algunas las pateamos [risas]. Depende la piedrita es la acción. La política es coyuntura.

¿Quién ha sido tu piedra más difícil de patear?
La neta… me llevo poca madre con todo el mundo. 
 
¡No manches, son 500 diputados!
Bueno, no me llevo con los 500, pero siempre hay coincidencias.

Pero también diferencias. 
Esas diferencias generalmente son con mis propios compañeros de partido.

¿A poco difieres con el diputado René Fujiwara Montelongo?
No, con René no. 

¿Entonces te cuadras con el nieto de Elba Esther Gordillo?
No, lo que sucede es que yo fui educado en escuela privada y la gente defiende la escuela pública, entonces hay cosas que yo no entiendo. Cuando nos ponemos a debatir es difícil ganarle a los expertos en el tema. Ha sido muy interesante.

¿Qué te produce subirte a la Tribuna del Congreso de la Unión?
Nervios. De alguna forma ves a todo el país representado ahí. 

¿Te persignas antes de subirte a hablar?
No. No soy practicante de ninguna religión. No soy practicante de nada.

Pero supongo que crees en los horóscopos.
Tiene un buen rato que no veo lo que le depara a mi signo [Leo].

Antes de que finalizara el sexenio foxista concediste una entrevista a la revista Quién que tituló la nota en su portada: «El hijo bueno de Marta». ¿De verdad eres «el hijo bueno»?
Pues yo siempre he sido un cabrón a toda madre.