Después de que Cayetana Fitz-James Stuart, duquesa de Alba cerrara sus ojos por última vez en su Palacio de Dueñas de Sevilla, rodeada de su esposo Alfonso Diez y de sus seis hijos, el féretro que resguardaba sus restos fue expuesto en el ayuntamiento de la ciudad para que los familiares, amigos y seguidores pudieran despedirse de la mítica duquesa.
En la localidad española se ha declarado un día de luto por la muerte de la aristócrata, se han izado las banderas a media asta, y más de 70 mil personas han hecho fila para despedirse de la rebele Cayetana. El féretro estaba recubierto con la bandera del ducado de Alba y la bandera de España acompañado de dos cuadros con las imágenes del Cristo de los Gitanos y de la Virgen de las Angustias, de los que la duquesa era devota.
Gran parte de su familia ha estado presente en todo momento, el sufrimiento que los cubre es evidente, sus hijos, Carlos, Eugenia, Fernando, Alfonso, Cayetano y Jacobo, con su mujer Inka Martí, sus exnueras, Genoveva Casanova y María Eugenia Fernández de Castro, y nietos, Cayetana, hija de Eugenia, Luis y Amina, hijos de Cayetano, Jacobo, con su mujer Asela Pérez Becerril, y Brianda, hijos de Jacobo, Fernando y Carlos, hijos de Carlos, y Luis y Javier, hijos de Alfonso, eran los que aparecían en las primeras filas del velatorio.
Como ya habíamos antelado, se espera que este día los restos de Cayetana Fitz-James Stuart sean incinerados y parte de sus cenizas sean depositadas bajo el Cristo de los Gitanos, en el altar mayor de la capilla de esta hermandad de Sevilla, y parte en Loeches, donde está situado el Panteón de la Casa Ducal de Alba.