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Enrique, Yessica y Eduardo ¿Qué los une?
Con motivo de la reciente postulación de Eduardo Medina Mora para ocupar el cargo de Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, recordamos unos de los capítulos del libro Las Mujeres de Peña Nieto –escrito por el periodista Alberto Tavira (@Betotavira) y editado en 2012 por Océano– donde el que fuera Secretario de Seguridad Pública tiene un papel crucial con una de las parejas sentimentales del ahora presidente de México, Enrique Peña Nieto.
Luis Enrique es el nombre de la vértebra que une a esta columna. Pues este pequeño fue fruto de la relación que sostuvo a principios de 2005 Yessica de Lamadrid Téllez y el entonces aspirante a gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, quien estaba casado con Mónica Pretelini.
En el libro de 152 páginas, según escribió de su puño y letra la propia Yessica, conoció a Enrique cuando ella trabajaba para Radar, empresa especializada en mercadotecnia, la cual fue contratada para diseñar la campaña a la gubernatura de Peña Nieto. Durante ese tiempo, la cercanía de Yessica y el político priista comenzó a ir más allá del ámbito laboral. En secreto, crearon un vínculo afectivo que se gestó entre muchos inconvenientes: Enrique era casado y, sin planearlo, Yessica quedó embarazada.
Para diciembre de 2005 –fecha en la que nació Luis Enrique– Peña Nieto ya había rendido protesta como gobernador de los mexiquenses, por lo que Yessica tuvo que afrontar la realidad y decidió convertirse en madre y padre de su pequeño hijo. Mantuvo la distancia y guardó silencio.
A decir del libro: «la madrugada del 27 de noviembre de 2006 un fuerte grito despertó intempestivamente a Yessica. Corrió a la cuna de su hijo y lo vio boca abajo, sin poderse mover, y llorando como nunca lo había escuchado antes. Sin perder tiempo lo llevó al hospital». Tras varios estudios el pequeño Luis Enrique fue diagnosticado con hidrocefalia.
Yessica hizo todo lo humanamente posible porque su hijo recibiera la mayor atención y, cuando preguntó quién era el mejor cirujano en el país para hacer este tipo de operaciones, la respuesta fue un médico de la Secretaría de la Defensa Nacional que sólo operaba en el Hospital Militar. De inmediato y sin dudarlo De Lamadrid llamó desde su celular a Eduardo Medina Mora, entonces secretario de Seguridad Pública, para solicitar su ayuda. El funcionario actuó de inmediato. Eduardo y Yessica han sido amigos desde hace tiempo y compañeros de trabajo, por lo que el apoyo del Secretario fue fundamental. Dos horas más tarde, el médico militar intervino quirúrgicamente al hijo de Enrique Peña Nieto.
Lamentablemente, en diciembre de 2006, un mes después de la operación, al pequeño Luis Enrique le fue detectado cáncer, y a pesar de todos los esfuerzos que se hicieron por salvarle la vida, falleció el 31 de enero de 2007 dejando a su camino una nube de dolor y devastación para su madre y todos los que lo conocieron.
El autor de Las Mujeres de Peña Nieto asegura que: «la muerte de Luis Enrique disolvió lo que quedaba de la relación entre Peña y De Lamadrid (…) En menos de un mes había perdido a su esposa Mónica Pretelini y al hijo que tuvo con Yessica, pero se tragó el dolor y los tormentos. El poder es celoso y no permite a quien lo ejerce ni siquiera distraerse en sufrir».
Tras el deceso del pequeño y la separación de Enrique y Yessica, fue Eduardo Medina Mora quien arropó profesionalmente a De Lamadrid. La invitó a formar parte de las filas de la Procuraduría General de la República (PGR), de la cual él era titular, y donde ella se desempeñó como su secretaria particular. Más tarde Yessica se convirtió en la directora general de Cooperación Internacional, cargo que abandonó luego de las elecciones presidenciales de 2012. Y se dedicó a rehacer su vida.