Ya tienen fecha, la iglesia está más que lista y el párroco que oficiará la misa ya está preparado. Todos los pendientes parecen estar bajo control para esta pareja próxima a contraer nupcias. Un nuevo detalle se revela: la invitación que fue entregada a los invitados que los acompañarán en el momento que sean declarados como marido y mujer.

Las tradicionales invitaciones de boda, a decir de los expertos, son uno de los elementos clave de todo enlace nupcial pues según su estilo, material y hasta la tipografía usada pueden ser factores reveladores sobre el festejo. Actualmente, el protocolo indica que toda pareja que desee casarse habrá de entregar sus invitaciones al menos con un mes de anticipación, para que sus comensales tengan tiempo de agendar el importante día. Según lo marcan algunas normas de etiqueta, habrán de ser los padres de los contrayentes quienes realicen la invitación al matrimonio de sus hijos.

No sabemos con cuánto tiempo de anticipo Jorge y María entregaron las invitaciones para el día en que oficialmente abandonarán la soltería, pero sí sabemos que la historia de las invitaciones a este tipo de eventos como actualmente las conocemos comenzó antes de surgir la imprenta. Pues previo a esto, las invitaciones se realizaban a través de pregoneros que recitaban el evento en las calles y plazas principales de las comunidades, y cualquiera que alcanzara a escuchar la noticia formaba parte del festejo.

Posteriormente, las invitaciones fueron un aspecto representativo de la nobleza, quienes mediante expertos en caligrafía mandaban a elaborar sus invitaciones que posteriormente eran entregadas por un mensajero que viajaba a caballo. Dichos pergaminos solían llevar el escudo de armas de las familias responsables del evento.

Para aproximadamente 1947, época post guerra, la imitación a lo que pertenecía exclusivamente a la nobleza empezó a esparcirse entre la población que aspiraba a tener conductas de la elite. Así comenzó a usarse papelería fina y elegantes tipografías para la reproducción de las invitaciones a las bodas.